Sin rencor, pero no le veo la gracia

Publicado el 23 de mayo de 2025, 19:51

Querida alma, 

Hace un mes desde que salió a la luz el libro que te dediqué. Bueno más bien , que me despaché y me quedé en la gloria, recomiendo hacerlo como terapia de vida a todo el mundo, aunque no lo publique jamás, aunque solo sea para darte cuenta de las cagadas que has hecho como humanoide en esta vida y dejar de culpar al de al lado. O para quitarle la máscara a ese ex que todos idealizaban y después resultó que no era tan espiritual como decían.

525 páginas, cargadas de fotos, experiencias, vídeos y reflexiones varias. Y no, no estoy aquí para decirte que qué guay todo, tampoco para reprochar, pero escucha, entre tú yo... no le veo la gracia a esto que se te ha ocurrido ahora.

¿Pues no tocaba eso de hacer presentaciones, recorrerme podcast, foto aquí, foto allá y esas cosas de la vida? No toca ahora, presentar demandas varias, ni recorrerme las oficinas judiciales, ni no querer mirarme en el espejo porque las ojeras han dominado mi cara, ni llevar un mes con el mismo chandal versión largo y versión corto que parece que es mi uniforme. O que los rizos son un enjambre para las abejas.

 

Mis vecinos deben de pensar que sigo con todas mis cosas metidas en cajas (no les voy a quitar la razón, porque así es) y que soy un poco homeless, yo también lo pensaría. El otro día de hecho una de ellas me dejó un kilo de limones y uno de aguacates en la puerta, además de alegrarme por los vecinos que tengo y porque hostia a como están a precio de oro, ¡es de agradecer! Pero sentí que es como si estuviese sentada en un escalón porque hace calor y te echan una moneda porque tienes pintas de homeless. Pues igual.

Volviendo al tema de hace un mes. Alma, esto de verdad que no le veo la gracia, no es esto lo que una se esperaba precisamente cuando se fue a la otra parte del mundo a escribirlo. ¿En serio? ¿Tanto para coger ahora el freno de mano y frenar en seco? 

Te vas allí a Bali, a la isla de los dioses, de las mallas de yoga, los açai bowl (o como se diga), la cuna de las camisas de lino.

Allí que es el camino De Santiago de los influensers. Porque sí, están los que vamos hacer el camino De Santiago, con nuestro cartoncito para que nos lo sellen en todas etapas y nos den la compostelana y después está el camino balines que no es otro que ir haciéndote selfies en todos los lugares instagrameables para que te den el carnet de influenser de pro.

 

Y cuando llegas aquí te da el de fluenser de pofff, es decir que te da el bajonaco y te cuestionas media vida. O bueno, seré yo que me hice el De Santiago y el balines con varios años de diferencia pero con la misma mochila colgada a mis espaldas.

 

Así que permíteme señora alma que ahora que estoy aquí con todo reliado, ahora que le he cogido el gustico a esto de escribir y que tú me respondas como en el libro, voy a seguir por aquí, que solucionar no voy a solucionar nada, pero como diría mi hermana cuando una se ducha "se te queda el cuerpo muy agustito"

 

Victoria Sánchez


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